Hoy me ha vuelto a entrar la nostalgia, tras casi dieciocho años sin verlos (solo algunos). En momentos si me he podido reunir con aquellos amigos y compañeros de clases del Colegio Nacional Infantas, el 3024, del pueblo de Infantas. Pero nunca para recordar y evocar aquellos días. Aún espero ese momento en que lo hagamos casi todos. Concretamente pertenecemos a la 5ª promoción (secundaría) la del año 1992. La promoción: "Javier Heraud". El paso de los años nos lleva a la busqueda de esos tiempos perdidos, para revivir en la medida de lo posible los mejores recuerdos. Endulzados con el tiempo, tal vez sea posible. Ahora con esto de las redes sociales, nos ha facilitado la localización de muchos, pero más ha podido el afán de tener una velada, un reencuentro. Tal vez alguno de ustedes, mis compañeros y amigos, se anime, usemos todas las técnicas conocidas, el boca oído, teléfono y hasta el correo electrónico.
Muy pocas veces, he tenido la oportunidad de ver o charlar con alguno de esos maestros. No la he tenido, por que casi nunca la he buscado. A veces decimos que nosotros somos los que ellos nos formaron e hicieron. El ser capaces de analizar problemas diarios resolviendo estos tras lo aprendido en el contexto de una clase de matematicas. Ser capaces de expresarnos en el idioma de Cervantes, pero principlamente y por encima de todo, como nos trasmitía emocionada una de nuestras maestras. Mantener inalterables los valores, que nos unieron, el de la amistad principalmente, y que permite que el tiempo se estancara y pareciera que aún estemos correteando , jugando y estudiando por las aulas del "3024". Vas a extrañar esto, después que acaben el colegio, nos dijo la profesora Ninfa, aquella nos dio Historia.
Obviando un poco a la famila, que nos es impuesta desde siempre de la cuna. Los amigos son los que moldean nuestra personalidad. El destino nos los pone en el camino. Pero a estos si tenemos el poder de elegirlos. Este es mi caso, y por lo que viví con ellos, puedo decir que soy un afortunado, por compartir cosas maravillosas y malas con ellos. Pero ya no los veo mucho, por la distancia, pero me mantiene la esperanza de volver a compartir. A veces no fuimos capaces de decirnos cosas y darnos muestras de cariño. A mis amigos, con mayusculas: Los quiero mucho y muy feliz en aquellos tiempos. A mis maestros muchas gracias en nombre de todos. Nunca duden que en nuestros corazones solo albergan gratitud. A pesar que muchas veces los jodimos, fue parte de ese tiempo. A mi profesora Inés (no recuerdo su apellido) gracias, por ser muy buena. A María Isabel Llagas, gracias, a pesar que me llevaste a la quinta nota, donde por puntaje tuve que llevarlo a marzo, al profesor Amadeo, usted fue muy chevere, gracias profe. A Napoleón, el de religión, usted, fue muy bueno y humilde, gracias. Al profesor Anibal Romero, un poco maleado pero gracias también, a mi profesora Luz Gambiní, gracias. A mi profesora de arte, Luz Palomino, A Ismodes, te llevaste a casi toda la clase a quinta nota, pero yo la pase raspando, gracias. A nuestro auxiliar Anderson, una bella persona, gracias por todo hombre. Me podría pasar todo el día dándole gracias, pero ahora se me va la memoria.

Danny RG.
Fotografía gracias a Diana Rivas